Moody’s bajó este viernes la calificación soberana para México, que pasó a Baa2 desde Baa1. Además, modificó la perspectiva de negativa a estable.
La calificadora argumentó que la decisión está asociada a tendencias económicas y fiscales que, prevén, se seguirán mermando de manera gradual, pero persistente.
“Moody’s espera que la actividad económica continúe siendo afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad económica, llevando a que haya una brecha persistente entre el nivel del PIB proyectado para los próximos años y el que hubiera tenido lugar si se hubiera mantenido la tendencia histórica anterior a la pandemia”, expresó.
Agregó que, si bien es cierto que el manejo fiscal ha dado lugar a un incremento moderado del radio de deuda del Gobierno, la carga de intereses ha sido consistentemente mayor que la de pares con calificaciones Baa, y lo más probable es que aumente aún más debido al incremento de la tasa de interés en México.
“A futuro, la fortaleza fiscal de México se verá afectada de una manera cada vez más manifiesta por mayor rigidez del gasto público asociada a la decisión del Gobierno de mantener apoyos a empresas estatales como Pemex; aumentar erogaciones relacionadas con pensiones, y mantener inalterados gastos de capital etiquetados”, abundó.
La firma argumentó que ese grupo de elementos restringirán la capacidad de las autoridades para responder a choques durante los próximos años.
Moody’s le ‘lleva la contraria’ a otras calificadoras
La decisión ‘rema’ en la dirección contraria a la de Standard & Poor’s que ratificó la calificación de la deuda soberana de largo plazo de México en moneda extranjera y local en BBB y BBB+, respectivamente, apenas esta semana.
La firma además mejoró la perspectiva de negativa a estable, al destacar que el Gobierno de López Obrador busca políticas que mantengan la solidez de sus finanzas públicas y niveles de deuda por debajo de 50 por ciento.
El presidente ‘presumió’ la decisión durante esta semana, al señalar que respondía a la “prudencia fiscal” que el Gobierno adoptó durante la crisis económica por la pandemia.
La otra calificadora que ratificó la calificación soberana de México fue Fitch Ratings, que en mayo reafirmó la nota en BBB- con perspectiva estable. La agencia argumentó que su decisión se basó en el marco de política macroeconómica prudente de México, finanzas externas estables, así como a un nivel de deuda pública estable -en niveles por debajo de la mediana de naciones calificadas en BBB-.