El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador defendió el jueves la política migratoria de contención desarrollada por su administración, que ha evitado que muchos migrantes centroamericanos crucen el país para llegar a la frontera de Estados Unidos y dijo que no fue provocada por la presión de Washington.
“Fue una decisión que tomamos nosotros. A nosotros no nos imponen los gobiernos extranjeros nada”, dijo el mandatario.
En la primavera de 2019 el presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles a todas las exportaciones mexicanas si no frenaba el flujo de migrantes que viajan hacia Estados Unidos. Para evitarlo México desplegó a la Guardia Nacional y a agentes de inmigración por todo el país pero sobre todo en su frontera con Guatemala y aceptó que Estados Unidos devolviera a México a sus solicitantes de asilo no mexicanos para que esperaran en este país su proceso.
Este programa, popularmente conocido como “Permanecer en México”, devolvió a casi 70.000 migrantes al país y motivó acciones judiciales tanto en tribunales estadounidenses como mexicanos porque, según los demandantes, el programa viola las convenciones internacionales porque dejó a los migrantes en lugares donde no se garantizaba su seguridad, como la frontera norte.
Según un informe presentado el martes por las cuatro ONG (la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, el Instituto para las Mujeres en la Migración, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos y Asylum Access México), más de mil integrantes de ese programa fueron víctimas de secuestros, violación sexual, extorsión, tortura o asesinato desde inicios de 2019 a mayo de 2020.
Estos colectivos aseguran que los crímenes no han sido investigados y la mayoría no se atrevió a denunciar a las autoridades por miedo y por eso pusieron esta semana una denuncia penal en la Fiscalía General de la República.
Sin embargo, López Obrador insistió en que México cuida a los migrantes. “Nosotros hemos protegido a los migrantes, no ha habido violación a sus derechos humanos”, dijo. “Ahora se registran, se les protege en el sur para que no pasen y no sean víctimas de la delincuencia”.
Cuando le preguntaron sobre el futuro del programa “Permanecer en México”, que ha dejado varados a muchos migrantes centroamericanos en campamentos en malas condiciones en algunas ciudades fronterizas mexicanas, López Obrador no respondió. “Vamos a esperar a que se tome posesión, a que llegue el señor Biden”, indicó.
El presidente electo estadounidense Joe Biden ha prometido eliminar muchas de las políticas migratorias implementadas por el gobierno del presidente Donald Trump, empezando con el mencionado programa.
La contundencia del presidente mexicano en responsabilizarse de la orientación de su política migratoria pese a la evidencia de que Washington aplicó presión refleja su postura nacionalista en la mayoría de los temas. Defender la soberanía de México ha sido algo central de su presidencia, pero también deja entrever cálculos políticos internos.
Uno de los miedos más grandes de López Obrador es que se repita la masacre de 72 migrantes ocurrida en 2010, asesinados por un cártel en el estado norteño de Tamaulipas. Debido a que los migrantes a menudo recurren a traficantes que se alían o negocian con los cárteles para pasar por sus territorios, bloquear su avance reduce la posibilidad de que ocurra otra masacre como ésa.