Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se defendió de una consigna provida de la que fue objeto en el Senado de la República, pues una legisladora del Partido Acción Nacional (PAN), el partido de la derecha mexicana, le presentó una cartulina en la que realizó una suposición en caso de que la mamá del ministro lo hubiera abortado.
Ante ello, el ministro simplemente sostuvo, este martes 18 de octubre, que la maternidad de su madre fue deseada. Y es que la pancarta escrita por la senadora Martha Cecilia Márquez, del albiazul, decía “Ministro Presidente Arturo Saldivar(sic) si su mamá hubiera abortado usted no sería presidente SCJN”. Al respecto, cabe destacar que la senadora escribió Zaldívar con “S”, sin tilde y sin signos de puntuación que le den sentido sintáctico. En consecuencia, Arturo Zaldívar le contestó con apego a los derechos de las mujeres.
“La maternidad de mi madre fue deseada. De no haber sido así, ojalá que en aquel tiempo hubiera podido ejercer sus derechos reproductivos. Todos los derechos para todas las mujeres”
La confrontación simbólica contra el ministro es producto de una discusión del siglo pasado contra las múltiples discusiones establecidas el año pasado en la Sala Superior de la SCJN en razón de los derechos reproductivos de las mujeres, donde se concluyó que la maternidad deseada debe de estar garantizada por el Estado mexicano. Esto implicó un parteaguas en materia de interrupción del embarazo, pues con ello ya ningún gobierno (local o federal) podría perseguir a las mujeres que aborten.
Asimismo, al garantizar, desde el Estado, este derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, el sector Salud de todo México debería de poder garantizar la posibilidad de decidir sobre la gestación del producto, en otras palabras, se debe de ofrecer la alternativa del aborto a las mujeres, esto con apego al Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM).
Cabe destacar que estas discusiones se dieron durante la presidencia de Arturo Zaldívar y se decantaron en múltiples aspectos. Una de ellas decía que las mujeres que se practiquen un aborto o si sufren uno de manera espontánea no deben de ser perseguidas ni castigadas por las autoridades; al contrario, al ejercer su derecho a decidir respecto a su maternidad, éste debe de coadyuvarlas, para que el ejercicio de su derecho no les represente un riesgo a su salud.
En un segundo punto, declararon que “reconocer la vida humana desde la concepción” contraviene a la Constitución, pues el producto de la unión de un espermatozoide y un óvulo en etapa temprana (embrión o cigoto) no es un humano y, por lo tanto, no puede cooptar los derechos de otro ser humano, en este caso, la mujer o persona gestante.
Otro aspecto que se discutió fue la responsabilidad del personal del sector Salud para garantizar este derecho, pues existe un marco punitivo en algunas entidades contra las y los médicos, así como enfermeros y personal administrativo que coadyuve en el ejercicio del aborto. Además, existen algunos doctores que se niegan a realizar dicho proceso, por lo que la SCJN discutió de manera amplia ambos cuestionamientos.
Por un lado, señalaron que todo acto punitivo contra el personal de salud por llevar a cabo dicho procedimiento contraviene a la Constitución federal y, al mismo tiempo, se debe de garantizar el derecho a abortar en toda la república, por lo que las unidades médicas especializadas deberían de contar con personal dispuesto a realizar los abortos, ya que los médicos pueden apelar a la llamada “objeción de conciencia”.