Israel liberó el lunes a dos rehenes de origen argentino en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, donde el miedo a una incursión israelí contra Hamás paraliza a decenas de miles de palestinos refugiados en esta localidad.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, insistió en que no apoyaría una operación militar israelí «a gran escala» en Rafah sin un plan para proteger a los civiles.
«Sin un plan que sea creíble y que [los israelíes] puedan ejecutar, no apoyamos una operación militar a gran escala», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, en una rueda de prensa.
Más de 1.4 millones de palestinos que huyeron de los combates se apiñan actualmente en esta localidad, según la ONU.
La ciudad fue el escenario anoche de un importante operativo del ejército, la agencia de seguridad Shin Bet y la policía israelí, que permitió rescatar a «dos rehenes israelíes, Fernando Marman (60 años) y Louis Har (70)», según un comunicado de estos tres servicios.
La presidencia argentina confirmó la identidad de los liberados y la oficina del mandatario Javier Milei, que hace unos días estuvo en Israel y este lunes está en Roma, dio las gracias en la red social X a las fuerzas de seguridad israelíes.
Secuestrados en el kibutz Nir Yitzhak, los dos hombres fueron trasladados al centro médico Sheba, en Ramat Gan, y «están en condición estable», informó Arnon Afek, director del establecimiento.
Las fuerzas israelíes irrumpieron «con explosivos» en el segundo piso de un edificio donde estaban estos cautivos, «abrieron fuego contra objetivos cercanos y liberaron a los rehenes», indicaron el ejército y el gobierno.
«Luego surgieron disparos desde este edificio y los edificios vecinos, seguidos de largos combates, durante los cuales decenas de objetivos de Hamás fueron bombardeados para permitir que los soldados pudieran salir», declaró la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás, señaló por su parte que el operativo dejó «unos 100 muertos», entre ellos niños.
«Punto de inflexión»
La operación es «una de las más exitosas de toda la historia» de Israel, celebró Netanyahu.
Su ministro de Defensa, Yoav Gallant, apuntó que el operativo era «un punto de inflexión» en la campaña lanzada contra Hamás el 7 de octubre por su ataque en territorio israelí.
Esta incursión «dio un vuelco a nuestra forma de pensar y a la de Hamás» porque «de repente Hamás es vulnerable, podemos alcanzarlo en cualquier parte», añadió. «Habrá otras operaciones», prosiguió.
Unas 250 personas fueron secuestradas en Israel el 7 de octubre y llevadas a Gaza. Una tregua de una semana a finales de noviembre permitió la liberación de un centenar de ellas a cambio de unos 240 palestinos detenidos en Israel.
Antes de estas dos últimas liberaciones, las autoridades israelíes estimaban que 132 rehenes seguían en el territorio palestino, y que 29 de ellas habrían fallecido.
El tiempo apremia para los rehenes. Sus vidas están en peligro a cada instante que pasa. El gobierno debe poner todas las opciones sobre la mesa para liberarlos», afirmó el Foro de Familias de Rehenes.
«Hoy estamos felices, pero todavía no hemos ganado. Este es solamente un paso más para el retorno a casa» de los rehenes que siguen cautivos en Gaza, dijo Idan Bejerano, yerno de Louis Har, delante del hospital.
Netanyahu quiere vencer a Hamás en su «último bastión» en Rafah y afirmó que garantizará un «paso seguro a la población civil para que pueda irse», sin decir dónde podrían resguardarse.
«Sólo la presión militar continua, hasta la victoria total, conducirá a la liberación de todos nuestros rehenes», insistió el lunes, días después de ordenar a su ejército preparar una ofensiva contra esa localidad.
Hamás advirtió que tal ofensiva «torpedearía» cualquier acuerdo de liberación de rehenes en su poder en Gaza.
La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque de Hamás en territorio israelí, en el que murieron unas 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un balance de AFP con base en datos israelíes.
En represalia, Israel prometió «aniquilar» a Hamás, al cual considera una organización terrorista. La ofensiva israelí ha dejado por el momento más de 28.300 muertos en el enclave, sobre todo mujeres y menores, según el grupo islamista.
«¿Hacia dónde los van a evacuar?»
Por su parte, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, se dijo «profundamente preocupado por la información sobre el bombardeo y una potencial ofensiva terrestre de las fuerzas israelíes en Rafah».
No es el único que ha expresado su preocupación por una posible incursión en la ciudad, convertida en último refugio para los palestinos que huyen de los combates.
«¿Hacia dónde los van a evacuar? ¿A la Luna?», ironizó el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, quien pidió que se dejen de enviar armas a Israel.
La «posibilidad de una verdadera incursión militar en Rafah es aterradora», señaló el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
El Alto Comisionado también alertó sobre el impacto que tendría una ofensiva en la ayuda humanitaria.
Rafah, último centro urbano en el que el ejército israelí no ha incursionado, es el principal punto de entrada de la ayuda al asediado enclave.
Las negociaciones para lograr un alto el fuego aún no han dado resultados, pero una fuente cercana a las conversaciones dijo a la AFP que había planes para una nueva reunión en El Cairo el martes.