¿Es saludable comer caracoles?

Descubre las propiedades de este tipo de marisco, cuyo consumo tiene amantes y detractores. ¿Resulta saludable comerlos?

Los caracoles son un producto típico de la dieta mediterránea y muy habitual en la gastronomía española y francesa, pero ¿es saludable consumirlos? Y es que seguro que la mayoría de amantes o detractores de los caracoles desconoce la lista de beneficios que esconde este marisco. Sí marisco, ni carne ni pescado. Así está calificado este alimento en el Código Alimentario Español.

Su bajo contenido calórico lo convierte en un alimento a incluir en las dietas de pérdida de peso

Las propiedades de este producto lo convierten en una gran fuente de proteína, de fibra, de vitaminas A y B12 y de minerales como el magnesio o hierro. Estamos hablando, por lo tanto, de un alimento muy completo en cuanto a nutrientes, lo que le convierte en una opción muy saludable con cabida en una dieta equilibrada.

Su alta proporción de hierro convierte al caracol en un gran aliado para personas que deseen evitar o combatir la anemia. Otra de sus propiedades es que contribuyen a controlar el colesterol alto y una elevada cantidad de triglicéridos.

Por otro lado, la facilidad para digerir este alimento puede ayudar a personas con problemas estomacales o en la recuperación de una enfermedad digestiva. Además, los caracoles tienen muy poca grasa y un muy bajo contenido calórico, lo que le convierte en el alimento perfecto a incluir en dietas de pérdida de peso.

Por tanto, los caracoles cuentan con varios nutrientes esenciales que convierten al producto en un alimento válido para formar parte de una dieta equilibrada. De todas formas, hay que tener en cuenta que la forma de prepararlos influirá a la hora de consumirlos de forma más o menos saludable. Por ejemplo, pocos beneficios saludables sacaremos del consumo de caracoles si lo preparamos con salsas excesivamente grasas y, además, untamos pan en la misma hasta limpiar el plato.

El único ‘pero’

Hay una cuestión que puede poner en duda el aspecto saludable de los caracoles. Para cocinar este producto es habitual hervirlos en agua y a la que se suele añadir una gran cantidad de sal. Por lo tanto, precaución en ese ámbito y procurar no salar mucho los caldos.

Por otro lado, el consumo de caracoles está muy ligado al tapeo, lo que lleva consigo beber alguna que otra bebida, habitualmente, alcohólica. Asimismo, la deliciosa salsa que los acompaña incita al rebañar el líquido sobrante en pan. Es recomendable moderar el consumo de ambos –pan y bebida-, si no queremos meter al cuerpo una gran cantidad de calorías de más.