Arranca plan B del gobierno para dar atención en salud a población sin seguridad social, tras fracaso del Insabi

Este viernes 1 de abril arranca oficialmente en el estado de Nayarit el nuevo esquema que el gobierno federal usará, a través del IMSS Bienestar, para llevar servicios de salud a la población sin seguridad social. Es el principio del fin del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que a más de dos años de arrancar operaciones, no pudo cumplir con esta la que era su principal tarea.

Cuando se anunció que se eliminaría el Seguro Popular y lo sustituiría el Insabi, el gobierno federal aseguró que a través de este Instituto se llevarían servicios de salud y medicamentos gratuitos a toda la población que no contara con seguridad social, incluido el tercer nivel de atención, que abarca la de alta especialidad.

El Insabi entró en funciones el 1 de enero de 2020, después de una reforma a la Ley General de Salud. De acuerdo con el decreto con el que se creó, el 29 de noviembre de 2019, el Instituto y las entidades federativas celebrarían acuerdos de coordinación para que estas ejecutaran la prestación gratuita de servicios y medicamentos a las personas sin cobertura en salud.

Pero “Insabi no logró la talla de operación del Seguro Popular, porque no logró otorgar las consultas médicas, ni el número de egresos hospitalarios y tampoco las urgencias, y esto no fue solo por el cierre de servicios de la pandemia y el enfoque en COVID, desde 2019 empezó a bajar el número de atenciones porque ya no existía el Seguro Popular y el Insabi se estaba conceptualizando”, asegura Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.

Los números de enero de 2022 ya marcaban la muerte del Insabi, de acuerdo con un análisis realizado precisamente por México Evalúa, en el que se señala que la situación observada en este mes bien puede lucir como la antesala del cierre del programa: el gasto total del Insabi fue de sólo 34 millones de pesos (mdp), una caída de 94% (544 mdp) frente a enero de 2021 o de 99% (3,486 mdp) frente a enero de 2019, cuando todavía existía el Seguro Popular.

Si bien a inicios de 2022, dice el análisis, se tenían presupuestados 6.6 mil millones de pesos (mmdp) para el Insabi, el subejercicio de recursos fue casi total. Esto puede deberse a una transferencia anticipada de recursos del Insabi hacia el IMSS-Bienestar. De ser correcta esta hipótesis se habrían transferido recursos al IMSS antes de que este se hiciera cargo de las obligaciones del Insabi.

A la par del menor gasto, apunta México Evalúa, las consultas médicas del Insabi –que atiende a las personas más vulnerables del país– sufrieron otro descalabro en enero. La atención total fue de 996 mil consultas, una caída de 30% (431 mil consultas) menos que en enero de 2021 u 83% (4.7 millones de consultas) menos que en enero de 2019.

En enero de 2022 las consultas para atender enfermedades crónico-degenerativas –como cáncer, diabetes y VIH/sida– fue de sólo 229 mil, una caída de 41% (159 mil consultas) frente a enero de 2021 o de 78% (828 mil consultas) frente a enero de 2019.

Judith Senyasen Méndez, coordinadora de Salud y Finanzas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (Ciep), apunta que en realidad las caídas en las consultas venían ya desde 2015, pero en 2020 el descenso fue casi del 50%, cuando en años anteriores fueron de 7 u 8%, esto solo en lo que se refiere a personas sin seguridad social.

Un análisis por año del Ciep informa que el presupuesto para la población sin seguridad social pasó de 31.8% del gasto total en salud en 2017 a 28.6% en 2021 con el Insabi, la menor proporción desde 2016. Además, en 2021, el presupuesto del Instituto fue 5.6% menor a lo ejercido por el Seguro Popular en 2017, cuando este cubría solamente a 53.5 millones de mexicanos. En tanto, la población objetivo de Insabi es 68.1 millones de personas.

El presupuesto del Insabi, dice Méndez, no era congruente con el objetivo de cubrir a toda la población sin seguridad social, incluso el gasto per cápita para esta población pasó de 3 mil 656 pesos en 2019 a 2 mil 911 pesos en 2021, una contracción de 20.3%.

Janet Oropeza, del programa de Rendición de Cuentas de Fundar, señala que otra causa de preocupación es que la cobertura limitada que tenía el Fondo de Gastos Catastróficos del Seguro Popular (para enfermedades que implican un alto costo en su atención) a 66 padecimientos no se amplió en realidad con el cambio al Fondo de Salud para el Bienestar del Insabi.