Por Aria Prado Gutiérrez
El sábado pasado salimos en grupo. Cuatro mujeres, un poco hartas del ruido de la ciudad, buscando algo distinto. ¿Un bar? No. ¿Brunch? Ya muy visto. Terminamos en Padre Café, ese rincón en San Ángel donde el café mexicano no solo se bebe, sino que se inventa.
Nos sentamos casi al fondo de la cafetería, en un sillón y sillas tan cómodas como las necesitábamos, justo cuando el sol empezaba a aflojar. Una barista, con una sonrisa que parecía de confianza, nos recomendó tres bebidas frías que, según dijo, eran “un juego serio con café y sin alcohol”. Aceptamos sin dudar. Mocktails de melaza cold brew: nombres raros, sabores nuevos.
El primero fue el Cold Brew Tonic: melaza cold brew con agua tónica. Espumoso, dorado, chispeante. El primer sorbo fue sorpresa: cítrico pero con un fondo dulce, como si el café y la tónica bailaran a contratiempo, pero de forma perfecta. “Esto sabe a terraza en Italia”, dijo Alondra. Nos reímos. No estábamos tan lejos.
Luego llegó el favorito del grupo: Pomela. Melaza cold brew, concentrado de toronja y agua tónica. Visualmente tenue y elegante. El sabor: ácido, dulce, café, burbuja… refrescante y con carácter. “Esto es como una buena conversación: te despierta, te empuja, pero también te abraza”, dijo Teresa. Tenía razón.
La tercera ronda fue el Me-latte, que parece más sencillo —melaza cold brew con leche—, pero fue una sorpresa dulce y amable. Cremoso, profundo, sin ser pesado. El sabor del café permanecía, pero con la suavidad que se antoja al final de la tarde. Era la bebida perfecta para quedarnos conversando.
Nos atendieron con calma y con atención genuina. Nadie nos apuró, incluso cuando el lugar comenzó a llenarse. El servicio en Padre Café tiene algo raro y bello: te hacen sentir bienvenido sin espectáculo, como si ya te conocieran de antes.
Ese día no solo probamos bebidas nuevas. Brindamos por nosotras, por la amistad, por los cafés que no sabíamos que nos gustaban. Y descubrimos que en una cafetería también se puede hacer sobremesa sin prisa, sin ruido, sin pretensiones.
Prometimos volver. Pero no para probar algo nuevo, sino para repetir exactamente ese sábado, te dejo su Instagram @padre_cafe_
San Ángel, Ciudad de México
de 2025







