La república autoproclamada de Nagorno-Karabaj dejará de existir a partir del próximo año, después de que su presidente firmara un decreto de disolución de las instituciones estatales tras su derrota ante Azerbaiyán.
La victoria azerbaiyana de la semana pasada desencadenó un enorme éxodo de armenios residentes en Nagorno-Karabaj y marcó el final de décadas de conflicto.
El decreto del presidente Samvel Shahramanyan pedía que todas las instituciones y organizaciones de la República de Artsaj —que no está reconocida internacionalmente— se disolvieran a principios del próximo año.
«La República de Nagorno-Karabaj (Artsaj) deja de existir», dice el decreto, compartido en Facebook por el Gobierno de Artsaj.
Shahramanyan dijo que la decisión se había tomado «debido a la difícil situación político-militar actual».
La campaña de Azerbaiyán duró 24 horas, antes de que ambas partes acordaran un alto al fuego mediado por Rusia que supuso la disolución de las fuerzas armadas de Karabaj. Pero la presidencia azerbaiyana insistió en que el Gobierno de Artsaj también se disolviera, advirtiendo que, de no hacerlo, la ofensiva continuaría «hasta el final».
El decreto instaba a Azerbaiyán a respetar el «paso libre, sin restricciones ni obstáculos de la población de Nagorno-Karabaj, incluidos los militantes que depusieron las armas, con sus bienes y medios de transporte a través del corredor de Lachin».
Un final repentino
Nagorno-Karabaj se encuentra dentro de las fronteras de Azerbaiyán, pero durante décadas ha funcionado de forma autónoma con un gobierno propio de facto. Tras la ofensiva relámpago de Azerbaiyán —en la que murieron al menos 200 personas y muchos cientos más resultaron heridas—, Bakú declaró que había recuperado el control de la región, poniendo fin aparentemente a un conflicto que ha durado más de un siglo.
Azerbaiyán ha tenido claro desde hace tiempo que la población armenia local tenía que elegir: quedarse y aceptar la ciudadanía azerbaiyana, o marcharse. La mayoría de la población ha decidido abandonar su hogar ancestral antes que someterse al Gobierno de Bakú.
Más de la mitad de la población de Nagorno-Karabaj huyó a Armenia la semana pasada, después de que Azerbaiyán levantara el bloqueo del corredor de Lachin -la única carretera que conecta el territorio con Armenia- para permitir su salida.
Unas 60.000 personas habían cruzado la frontera con Armenia hasta este jueves por la mañana, y muchas de ellas llegaron en condiciones «calamitosas», según Samantha Power, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), en una visita a la ciudad fronteriza de Kornidzor el martes.
Nagorno-Karabaj lleva 10 meses bajo bloqueo, después de que activistas respaldados por Azerbaiyán establecieran un puesto de control militar en el corredor de Lachin e impidieran la importación de alimentos, medicinas y combustible al país. CNN habló con residentes de Stepanakert, la capital de la región, antes del comienzo de la ofensiva, quienes afirmaron que tenían que hacer fila durante horas cada día para recibir su ración diaria de pan.
«Los ataques militares de la semana pasada han empeorado aún más una situación calamitosa», declaró Power este martes, añadiendo que muchos de los que habían llegado sufrían «desnutrición grave», según los médicos presentes en el lugar.