El líder norcoreano Kim Jong-un inauguró un nuevo complejo turístico de lujo en la ciudad montañosa de Samiyon, en el norte del país, en una señal clara de la apuesta del régimen por el desarrollo del turismo como fuente alternativa de ingresos en medio del aislamiento diplomático y las sanciones internacionales.
El emprendimiento, que incluye hoteles de alta gama, baños termales, restaurantes y espacios de ocio, fue presentado por la prensa estatal como una muestra del “potencial de desarrollo” del país y del bienestar de su población.
Según informó este martes la agencia oficial KCNA, Kim recorrió personalmente las instalaciones del complejo, inspeccionó habitaciones del hotel, áreas recreativas y locales comerciales.
En las imágenes difundidas por los medios estatales se lo ve probando la firmeza de los colchones, visitando restaurantes, paseando por recepciones de hotel y caminando por el paisaje nevado en la región. En todas las escenas aparece acompañado por su hija, una presencia que volvió a despertar especulaciones sobre la sucesión del poder en el hermético régimen.
El nuevo complejo turístico se levanta en Samjiyon, una ciudad situada a los pies del monte Paektu, la montaña más alta de la península coreana y uno de los lugares con mayor carga simbólica para la narrativa oficial norcoreana. KCNA describió el emprendimiento como un “atractivo complejo turístico de montaña y lugar de ocio para el pueblo”, dotado de “acogedores espacios de recreación” y concebido para integrarse con la naturaleza circundante.
Kim calificó a las nuevas instalaciones como “una clara prueba del ideal de constante crecimiento” del país y sostuvo que reflejan “el potencial de desarrollo del Estado”. La prensa estatal fue más allá y afirmó que el complejo demuestra que el pueblo norcoreano es “el más digno” y que “no tiene nada que envidiar al resto del mundo”, una formulación habitual en la retórica propagandística del régimen.
La apertura de cinco hoteles de lujo en Samjiyon forma parte de un proyecto más amplio impulsado por Kim Jong-un desde 2014, cuando ordenó transformar la zona en un gran destino turístico de montaña. Una década después, esa ambición comienza a materializarse en un contexto económico complejo, marcado por las restricciones derivadas de las sanciones internacionales y por la necesidad de captar divisas extranjeras.
El complejo incluye hoteles modernos, baños termales cubiertos y al aire libre, tiendas, restaurantes y espacios de ocio. KCNA destacó su “belleza arquitectónica especial” y aseguró que fue diseñado para realzar “la magnificencia de la naturaleza” del entorno. Durante su visita, Kim inspeccionó establecimientos como los hoteles Ikkal y Milyong y se mostró “satisfecho” con su alto nivel de funcionalidad, diversidad y diseño.
Samjiyon ocupa un lugar central en la mitología política norcoreana. Se encuentra cerca del monte Paektu, considerado sagrado por el régimen, ya que según la versión oficial allí habría nacido Kim Jong-il, padre del actual líder, y desde esa región Kim Il-sung —abuelo de Kim Jong-un y fundador del Estado norcoreano en 1948— habría liderado la resistencia guerrillera contra la ocupación japonesa. Sin embargo, historiadores sostienen que Kim Jong-il nació en 1941 en la entonces Unión Soviética, donde su padre combatía junto al Ejército Rojo.
El monte Paektu también está asociado al mito de Dangun, el fundador legendario del primer reino coreano, y es presentado por Pyongyang como la cuna espiritual del pueblo coreano. La inversión en Samjiyon, por lo tanto, no solo responde a una lógica económica, sino también simbólica, al reforzar uno de los pilares de la narrativa histórica del régimen.
Turismo
La estrategia turística de Kim no se limita a esta región. En el verano boreal, Corea del Norte inauguró la zona turística costera de Wonsan Kalma, en su litoral oriental, otro ambicioso proyecto promovido por el líder desde hace más de una década.
De acuerdo con un funcionario del Ministerio de Unificación de Corea del Sur citado por la agencia Yonhap, Pyongyang planea ampliar este tipo de desarrollos y concluir nuevos complejos turísticos de gran escala de cara al próximo congreso quinquenal del Partido de los Trabajadores, previsto para comienzos de 2026.
En ese marco, analistas estiman que Corea del Norte podría intentar atraer visitantes de China y Rusia, los mercados más viables por su cercanía geográfica y por los vínculos políticos y comerciales que mantiene con ambos países, en un contexto de creciente alineamiento frente a Occidente.
Heredera
La presencia de la hija de Kim Jong-un durante la inauguración volvió a captar la atención internacional. La adolescente, cuya identidad nunca fue confirmada oficialmente por Pyongyang, es señalada por los servicios de inteligencia surcoreanos como Kim Ju-ae, de alrededor de 12 años, y sería la hija mediana del líder norcoreano con su esposa Ri Sol-ju. Su aparición cada vez más frecuente en actos oficiales ha alimentado las especulaciones sobre un eventual rol como heredera del poder.
Ju-ae acompañó a su padre en desfiles militares, eventos públicos y visitas de alto perfil. En septiembre pasado, incluso viajó a Pekín junto a Kim para asistir al desfile militar organizado por China por el 80º aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, un gesto que fue interpretado como una señal de su creciente relevancia política.
De confirmarse esas versiones, Ju-ae podría convertirse en la cuarta dirigente de la dinastía Kim y en la primera mujer al frente de Corea del Norte desde su fundación. Por ahora, el régimen guarda silencio, mientras utiliza cada aparición pública para reforzar una imagen de estabilidad, continuidad y prosperidad, incluso en un país marcado por la opacidad, las restricciones y las profundas desigualdades económicas.
