“Nuevo mensaje de voz” o “Tienes una llamada perdida” son solo algunos de los trucos de los que se sirven los delincuentes para atraer la atención con un enlace que lleva a un sitio web. Quien reciba este tipo de mensajes debe estar alerta y bajo ningún concepto hacer clic en el enlace, ya que se trata de una estafa.
Los centros de asesoramiento al consumidor de Alemania advierten que el sitio web no contiene una grabación de voz, sino una solicitud para instalar una nueva aplicación que puede, por ejemplo, copiar datos del móvil y robarlos, enviar mensajes de texto sin que el usuario se percate o causar otros daños. Este tipo de estafa se denomina “smishing”.
Si no se está seguro de si el mensaje de texto procede realmente del proveedor, lo mejor es marcar directamente el número del buzón del mismo. Este número suele estar almacenado en el móvil. A diferencia de los delincuentes, los proveedores de telefonía móvil siempre envían la información del buzón desde el mismo número, mientras que los mensajes de texto de los estafadores provienen de números que cambian constantemente.
Según los centros de consumidores, los mensajes de texto fraudulentos deben borrarse inmediatamente. Cualquier otra reacción indica a los estafadores que el número está siendo utilizado activamente. Además, se puede bloquear el número de teléfono del remitente del SMS. La aplicación Mensajes de Google, por ejemplo, coloca la mayoría de estos SMS directamente en la carpeta de spam.
El sistema operativo, las aplicaciones y la protección antivirus deben mantenerse siempre actualizados. Además, se debe pedir al proveedor de telefonía móvil que active un bloqueo de proveedores de terceros. En el caso de que los mensajes continúen, sería mejor cambiar de número de teléfono.
Quienes hayan instalado la aplicación maliciosa, deben activar en su dispositivo el modo avión, aconsejan los centros de consumidores. De esta manera, el malware no puede enviar más datos a través de Internet. Luego se deben recoger pruebas, por ejemplo, haciendo capturas de pantalla. También puede ser útil acudir con el dispositivo a la estación de policía más cercana.
Para desinstalar la aplicación hay que reiniciar el móvil, si es posible, en modo seguro. La forma de hacerlo varía de un dispositivo a otro; información al respecto se encuentra en la página web del fabricante. Una vez iniciado el dispositivo, se deberá buscar en la lista de aplicaciones aquellos programas desconocidos instalados recientemente y eliminarlos. En el peor de los casos, la única solución es restablecer la configuración de fábrica del dispositivo.
Fuente: Infobae