Actualmente, no hay una sola entidad en México en la que no se cometan feminicidios, pero el Edomex ha encabezado la lista en varias ocasiones, ya sea por tasa o cifras totales.
Hasta hace una década, Chihuahua era el estado con el mayor número de feminicidios a nivel nacional; incluso, Ciudad Juárez fue nombrada por la prensa como «la ciudad que mata mujeres». Pero el panorama cambió.
Desde 2015, cuando el gobierno mexicano implementó una nueva metodología para el registro de delitos y víctimas, el Estado de México y Veracruz se convirtieron en las entidades con más feminicidios.
Sin embargo, es el Estado de México el que ha ocupado el mayor número de veces en el primer lugar con las tasas más altas de asesinatos de mujeres: 1986, de 1988 a 1997, y en 2005.
Lo anterior es señalado en el informe Violencia Feminicida en México, aproximaciones y tendencias , elaborado por la ONU Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).
De acuerdo con el estudio, las entidades que le siguen al Estado de México con las tasas más altas de asesinatos de mujeres, son:
- Guerrero, que se ha posicionado en el primer lugar en ocho ocasiones (1987, 1998, 2000, 2006, 2007, 2013, 2014 y 2015).
- Chihuahua, que estuvo en el primer lugar en 2001, 2002, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012.
El informe señala que, para 2019, Colima ocupó el primer lugar con una tasa de 20.3 feminicidios por cada 100,000 mujeres, esto es casi cuatro veces el promedio nacional. Le siguen Chihuahua, con una tasa de 14.1; Baja California, con 13.6; y Guanajuato, con 12.3.
En contraste, los estados que actualmente registran las tasas más bajas son Yucatán (0.4), Aguascalientes (1), Campeche (2), Durango (2.2) y Querétaro (2.2).
Aunque desde hace años el Estado de México no tiene las tasas más altas de asesinatos de mujeres, sí registra el mayor número de casos totales. Hasta 2019 se reportaron 455, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) citados en el informe.
También destaca el caso de Guanajuato por el rápido incremento de su participación en el total nacional de homicidios de mujeres: en 2019 registró 389 y tuvo una tasa de 12.3.
El panorama en 2019
De acuerdo con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y diciembre de 2019, hubo 971 feminicidios, y 2,862 homicidios dolosos de mujeres; es decir, en ese año se registró un total de 3,833 mujeres asesinadas.
«Es la cifra más alta reportada por esta fuente (SESNSP) hasta entonces, representa 10.5 mujeres asesinadas, en promedio, cada día», indica el informe.
Se prevé que 2020 cierre con cifras similares, pues tan solo de enero a octubre, el SESNSP contabilizó 777 feminicidios y 2,384 víctimas de homicidios dolosos, es decir, un total de 3,161 mujeres asesinadas, un promedio de 10.5 víctimas diarias.
El estudio indica que el Estado de México, Guanajuato, Chihuahua, Jalisco, Baja California, Guerrero, Michoacán de Ocampo, Veracruz, Ciudad de México y Oaxaca concentraron en 2019 el 64.2% de los asesinatos de mujeres.
Los registros del SESNSP muestran que, actualmente, las 32 entidades del país registran al menos un caso de feminicidio.
Feminicidios a nivel municipal
El informe de la ONU y del gobierno de México también detalla la concentración de asesinatos de mujeres a nivel municipal, y señala que en 2019, por cada 100 casos, 21 ocurrieron en uno de los 10 municipios que reportaron el mayor número.
De ese «top» de municipios, Tijuana (Baja California), Ciudad Juárez (Chihuahua) y Acapulco (Guerrero) son los que, de 2017 a 2019, se ubican en los primeros lugares de asesinatos de mujeres.
El estudio describe la situación de Tijuana como «muy grave», pues para 2019 se colocó en el primer lugar con 203 defunciones de mujeres y una tasa de 22.97. Mientras que en Ciudad Juárez se registraron 168 casos, ubicándose en segundo lugar; y Acapulco, que desde 2017 ocupa la tercera posición, registró 68 asesinatos de mujeres.
Asesinadas con armas de fuego y en vía pública
El informe revela que la modalidad y los espacios en los que las mujeres son asesinadas, ha cambiado en la última década: ahora se cometen menos asesinatos de mujeres dentro del hogar, y más en espacios públicos y con armas de fuego.
En 2004, los feminicidios en viviendas alcanzaron su máximo (55.2%). A partir de ese año se vio una disminución hasta llegar a su nivel más bajo en 2011 (28.1%); para 2015, la cifra volvió a aumentar hasta el 38% y ya en 2019 se redujo al 29.3%.
En cuanto a los asesinatos de mujeres ocurridos en vía pública, se observa que, desde 1990, cuando se registra el 41.7% de los casos, la tendencia se mantiene hasta 2009. Pero en 2012 se tiene el mayor porcentaje (54%), y a partir de entonces se mantiene entre esos niveles.
En México, los asesinatos de mujeres suelen cometerse utilizando medios que pueden prolongar el dolor, producir sufrimiento y lesiones vejatorias y degradantes, mediante el sometimiento y el uso de la fuerza. Pero en los últimos años se ha observado un patrón distinto en el que se emplean más las armas de fuego, aunque también se constata que, previo a la ejecución se infligen agresiones como las señaladas.
Las cifras del Inegi indican que las armas de fuego se convirtieron en el medio más usado contra las mujeres a partir de 2007 y hasta 2010, año en el que se alcanza una cifra máxima de 54.3%. A partir de 2015 se registra un aumento sostenido hasta alcanzar un nuevo máximo en 2019, de 57%.
Y, según las cifras oficiales, entre 2019 y 2020 se vio un incremento de 13.8% en los asesinatos de mujeres perpetrados con armas de fuego, mientras que el uso de «otro tipo de medios» tuvo una disminución de 18.7%, y el de las armas blancas bajó 2.7%.
En este sentido, el estudio reconoce que comúnmente los homicidios con arma de fuego están asociados a la disponibilidad y a la violencia generada por el crimen organizado; sin embargo, hay dificultad para identificar a las mujeres víctimas de estos grupos. Pero al ser asesinadas con distintos medios, «es muestra de la brutalidad de los crímenes que se cometen contra ellas».