Los agricultores de Sinaloa han desbloqueado el aeropuerto de Culiacán, la capital del Estado, después de 48 horas de protesta. Los productores de maíz se han retirado del aeropuerto alrededor de las 10 de la mañana de este jueves, justo después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmara en su conferencia que el Ejecutivo no iba a “ceder al chantaje”: “Que se queden en el aeropuerto, pero no vamos a dejarnos chantajear por corruptos”, ha dicho el mandatario. Sinaloa se ha convertido en el epicentro del choque entre productores, empresas privadas y Gobierno por los precios del cereal, que se ha hundido este año y está llevando al límite a los campesinos.
El conflicto por el precio del maíz en México ha terminado esta semana de enquistarse. El miércoles, el gobernador de Sinaloa, el morenista Rubén Rocha, propuso a los agricultores tomar las sedes de las grandes empresas del sector, Gruma, Minsa y Cargill: “Los invito a que vayamos juntos a protestar contra los verdaderos responsables de que sus cosechas se malbaraten: Gruma, Cargill y Minsa. Soy su aliado y codo a codo con ustedes, exigiré trato y precio justo a su trabajo”, escribió en su cuenta de Twitter.
Las palabras del gobernador contra la empresa privada son el último escalón de un conflicto que se recrudece cada semana. El origen del choque está en el bajo precio del maíz, debido en parte a una mayor oferta que demanda que lo ha hecho hundirse de los casi 7.000 pesos (unos 400 dólares) por tonelada que estaba el año pasado, a poco más de 5.000. Este declive está ahogando a los productores, desesperados por colocar un maíz que se sigue acumulando en las bodegas.
Los agricultores llevan meses tratando de llegar a una solución también con el Gobierno federal. En abril, Segalmex (Seguridad Alimentaria Mexicana) anunció la compra de un millón de toneladas por 6.965 pesos por tonelada, pero solo a pequeños productores de hasta 10 hectáreas. Además, el Gobierno estatal anunció la compra de 500.000 toneladas de maíz —de agricultores de 11 a 50 hectáreas— para retirarlas del mercado, con el objetivo de mejorar el precio. Además, Segalmex adquirirá otras 300.000 toneladas adicionales para la distribución en las tiendas Diconsa. “En total, se estarán retirando 1.800 milllones de toneladas para motivar a los grandes compradores a pagar a un buen precio los restantes 3,5 millones de toneladas que faltan por colocar de la cosecha otoño-invierno”, señaló el Ejecutivo de Rubén Rocha.
Sin embargo, la segunda parte del plan estatal se frustró. El Gobierno no consiguió llegar un acuerdo con Minsa, Gruma y Cargil para todas las toneladas que sobraban. Las empresas aducen que comprar a un precio superior al que marca el mercado obligaría a subir el precio final de otros productos como la tortilla. Esta negativa ha llevado al gobernador de Sinaloa a acusar a las industrias de “sabotaje”. Pero mientras las negociaciones se estancan arrecia la presión que sienten los agricultores.
Además, estos ya no cuentan con la llamada Financiera Rural, la prestamista que durante 20 años prestaba con flexibilidad el dinero a los productores. El Gobierno de López Obrador dio la orden de que dejara de operar en diciembre y desapareció oficialmente en mayo. La salida del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que este viernes deja su puesto para lanzarse a la carrera de ser el candidato de Morena para las elecciones de 2024, ha terminado de hacer estallar la situación.
El martes, los agricultores tomaron el aeropuerto de Culiacán. Hasta la mañana de este jueves obligó a cancelar 57 operaciones que afectaron a casi 7.500 pasajeros. Ante la presión, Rocha ha pedido a los productores liberar el aeropuerto y dirigirse a las empresas privadas. Pero, los manifestantes se han negado, puesto que el objetivo, apuntan, es presionar al Gobierno federal.
Sin embargo, López Obrador ha rechazado la estrategia esta mañana: “No vamos a ceder, aunque tengan el aeropuerto. También para su tranquilidad, no vamos a usar la fuerza pública. Lo lamento mucho porque se afecta a quienes utilizan el aeropuerto, que necesitan viajar, pero nuestro gobierno no permite chantajes y menos de gentes acostumbradas a la corrupción”. Además, el mandatario ha lanzado duras afirmaciones contra los productores: “¿Quiénes son los inconformes? Quienes se quedaban con los subsidios. Hay unos muy prepotentes que tienen miles de hectáreas, incluso que rentan parcelas, son empresarios de altos vuelos. Son asociaciones de productores que no representan a indígenas, pequeños campesinos, ejidatarios, son los grandes productores. No tienen llenadera, se quedaron mal acostumbrados”.