El presidente argentino, Javier Milei, se enfrenta a la primera huelga general en solo 45 días de gobierno, en contra de su draconiano ajuste fiscal y su plan de reformas de más de un millar de leyes y regulaciones que rigieron durante décadas.
La huelga general es convocada por la mayor central sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), de orientación peronista, y recibió el apoyo de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), segunda en tamaño.
El mayor sindicato argentino convocó la huelga en rechazo, en particular, a los cambios por decreto del régimen laboral que impulsa Milei, que limitan el derecho de huelga y afectan la financiación de los gremios.
Anunciaron también sus adhesiones al paro las mundialmente conocidas organizaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, así como partidos políticos gremios, organizaciones sociales y organismos de derechos humanos de todo el país.
«Es una forma de dar apoyo a esta resolución del pueblo de conformar una protesta y un llamado de atención por toda esta situación que estamos viviendo con este Gobierno tan extraño», dijo la presidenta de Abuelas, Estela De Carlotto.
Apoyo exterior
Organizaciones ciudadanas y sindicales de todo el mundo llamaron también a movilizarse a favor de los manifestantes argentinos.
En Uruguay, el PIT-CNT, la central sindical única de trabajadores, llamó a manifestarse en rechazo a las «medidas antipopulares» de Milei, «que amenazan la vida, los derechos y la libertad de los trabajadores y el pueblo argentino».
También se esperan actos de apoyo en Madrid, Londres, Berlín y París, entre otras ciudades.
Se espera que miles, y tal vez decenas de miles de manifestantes se congreguen en el corazón de Buenos Aires para la concentración. Solamente el gigantesco CGT dice contar con 7 millones de afiliados.
Será la primera manifestación de alcance nacional contra el Gobierno y sus drásticas medidas de ajuste con las que busca contener una inflación anual de 211%, récord en 30 años.