Dónde está la casa de Miguel Ángel Félix Gallardo en la que desea cumplir el resto de su sentencia

Este viernes por la tarde, el destino del capo Miguel Ángel Félix Gallardo, el Jefe de jefes, se decidirá en la Comisaría para Sentenciados del Estado de Jalisco, en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, donde se desarrollará la audiencia para determinar si el narcotraficante puede irse a casa.

Este 23 de septiembre después de las 17 horas se llevarán a cabo las pruebas de funcionalidad del brazalete electrónico que deberá llevar a partir de su salida de la cárcel, además se le efectuarán exámenes médicos y finalmente la autorización de traslado a su domicilio, el cual estará a cargo de la Guardia Nacional.

En caso de concretarse, Félix Gallardo será trasladado hasta su domicilio en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco, a unos 30 kilómetros del penal de Puente Grande.

Cabe destacar que en 1989, “El Padrino” fue capturado en una lujosa residencia de Guadalajara en un fuerte operativo policial, en la que el capo acusó fue sometido a malos tratos por los agentes y hasta la fecha niega saber los motivos de su detención.

Durante la conferencia matutina del pasado 15 de septiembre, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana presentó un informe sobre los 22 padecimientos de salud que sufre el Jefe de jefes y bastan para sacarlo de prisión porque necesita atención especializada de manera constante, vigilancia estrecha y supervisión las 24 horas del día.

El capo que no recuerda que fue “El Jefe de Jefes”

Miguel Ángel Félix Gallardo, desde una silla de ruedas y conectado a un tanque de oxígeno, dijo al mundo que es un hombre sin esperanza de vida luego de pasar más de 30 años en prisión, y asegura que nunca cometió ningún delito. Tampoco existió el llamado Cártel de Guadalajara, aseguró con voz débil.

“Yo me dediqué a la agricultura y a la ganadería desde chico”, dijo en 2021 en una entrevista en exclusiva a Telemundo en 2021.

Los nombres de grandes traficantes que fueron sus socios, como Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, no le son familiares, nunca los conoció “en la calle”, porque Félix Arellano asegura una y otra vez que él nunca fue narcotraficante, solo un hombre de familia que llevaba a sus hijos al colegio en Guadalajara.

Sobre el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, también niega su participación, aún cuando está sentenciado a más de 30 años de cárcel por este crimen. El Jefe de jefes se limita a decir que lamenta la muerte de “Kiki” Camarena porque era un buen hombre, aunque niega cualquier vínculo con él.

“Han pasado 32 años (preso). Es una eternidad para un hombre que no cometió ningún delito”, dijo en el momento de la entrevista.

Sin embargo, la historia del narcotráfico en México cuenta algo distinto sobre Miguel Ángel Félix Arellano, un ex policía judicial de Sinaloa que fue el primer mexicano en traficar cocaína y mariguana a gran escala hacia Estados Unidos.

Fue escolta policial de la familia del gobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis. Gracias a su dominio del terreno de la entidad y sus tácticas represivas, poco a poco se fueron incorporando al negocio del narcotráfico.

Sus años de mayor poder los vivió en las décadas de los 70 y 80, en ese entonces se convirtió en el amo y señor de las principales rutas de tráfico de droga en la mitad de México y Centroamérica.

Conoció a Pablo Escobar y logró crear en México al Cártel de Guadalajara, el cual imitó el modelo colombiano de mover cocaína en pequeñas aeronaves.

Félix Gallardo cobró tanta importancia que recibió el apodo de “Jefe de jefes” para distinguirlo de otros capos como Ernesto Fonseca “Don Neto”, y Rafael Caro Quintero el “Narco de narcos”.

Tejió una red de complicidades que alcanzó altos niveles y eso le permitió llevar una intensa vida social en estados como Sinaloa y Jalisco, donde solía presentarse como un exitoso empresario ganadero, que lo llevó a ser parte del consejo local del ya extinto Banco Somex.

Miguel Ángel Félix Gallardo aparecía en eventos sociales y no era raro verlo en los bares de moda de Guadalajara.

El capo fue arrestado durante un fuerte operativo en 1989 alrededor de su lujosa mansión de Guadalajara. Treinta y tres años después afirma que no sabe el motivo por el que fue encarcelado y niega haber sido parte del narcotráfico mexicxano.